¿Se puede recorrer Curazao sin auto?
Es una de las preguntas más comunes que se hacen los viajeros al planear su visita. Y aunque técnicamente la respuesta es sí, lo cierto es que la experiencia cambia radicalmente cuando tenés movilidad propia.
Transporte público limitado y taxis caros
El transporte público en Curazao es limitado, poco frecuente y con horarios poco confiables, especialmente fuera de Willemstad. Si bien existen algunos minibuses que conectan ciertos puntos de la isla, no llegan a las playas más conocidas como Grote Knip, Cas Abao o Playa Lagun, y mucho menos a las más escondidas.
Además, los taxis no tienen tarifa fija y suelen ser costosos incluso para tramos cortos. Y lo más importante: no están disponibles en todas partes. En más de una ocasión escuché a viajeros frustrados por tener que esperar más de una hora para conseguir uno o verse obligados a volver temprano al hotel porque no había forma de regresar por la tarde desde ciertas playas.
Excursiones organizadas vs. libertad de moverse solo
Otra opción que muchos consideran son las excursiones organizadas. Funcionan bien si no te molesta moverte en grupo, con horarios cerrados y sin poder quedarte más tiempo en ese lugar que te encantó.
Pero para mí, viajar a una isla como Curazao se trata justamente de hacer las cosas a tu ritmo. Querer frenar en un food truck local, pasar toda la tarde en una playa tranquila o desviarte hacia un mirador que viste por casualidad, es algo que solo podés hacer si tenés un auto.
Las ventajas reales de alquilar un auto en Curazao
Curazao no es solo Willemstad ni sus playas más famosas. Lo que realmente hace única a esta isla son los lugares que están fuera del radar de la mayoría. Y para llegar a ellos, no hay nada mejor que tener tu propio vehículo.
Acceso a playas escondidas e imperdibles del oeste
Al oeste de la isla están algunas de las playas más hermosas y tranquilas, y muchas de ellas no cuentan con transporte público ni servicios turísticos organizados.
Lugares como Grote Knip, Kleine Knip, Playa Jeremi o Playa Lagun son verdaderas joyas, con aguas cristalinas, acceso libre y poca gente. Pero sin auto, visitarlas es casi imposible. No hay colectivos ni taxis esperando en la zona, y las excursiones solo pasan un rato y se van.
Uno de los mejores momentos del viaje fue detenerme en una playa desierta que ni siquiera estaba en Google Maps. Estaba manejando sin apuro, vi el cartel, bajé… y terminé pasando la tarde bajo una palmera con vista al Caribe. Esa clase de experiencias solo pasan si tenés el control del volante.
Elegir tu ritmo: moverse sin horarios ni traslados
Con un auto, vos decidís cuándo empezar y cómo seguir. No hay necesidad de madrugar para “llegar al bus”, ni de estar mirando la hora para volver. Si una playa te encanta, te quedás. Si llueve en un punto de la isla, manejás hacia donde está despejado. Tan simple como eso.
Durante mi visita, hubo días en los que pasé la mañana en una playa tranquila, almorcé en un parador a la vera del camino, y a la tarde decidí cambiar totalmente de plan y explorar cuevas naturales en el norte. Esa libertad de improvisar es impagable.