Viajar en auto para vivir un festival: mucho más que transporte
Libertad, paisajes y experiencias fuera del cartel
Planear un viaje en auto hacia un festival no es solo una cuestión logística. Es una declaración de intenciones. Significa que no querés ir directo del aeropuerto al escenario, sino que elegís cada kilómetro, cada desvío, cada parada. Lo aprendí cuando manejamos desde Mendoza hasta el Festival de las Artes de Valparaíso. La frontera en Los Libertadores ya nos puso en “modo aventura”: entre controles y mate, conocimos a Tomás, un chileno que nos marcó en el mapa un mirador al que nunca hubiéramos llegado sin su consejo. Fue el mismo lugar donde, tres días después, vimos la caída del sol con guitarras y vino, ya con el festival latiendo en el cuerpo.
Moverte en auto te da independencia, flexibilidad y acceso a lugares mágicos que no figuran en el line-up. Te permite evitar alojamientos saturados, encontrar espacios tranquilos donde descansar o compartir con otros viajeros, y extender el viaje más allá del festival. ¿Querés parar en un lago después del último show? ¿Visitar una bodega cercana? ¿Dormir mirando las estrellas sin pagar fortuna? Con tu auto, podés.
Qué tener en cuenta antes de salir a la ruta
Eso sí, la libertad no viene sin responsabilidad. Viajar en auto a un festival requiere planificación, especialmente si cruzás fronteras o te alejás de zonas urbanas. Algunos puntos clave:
Documentación en regla: cédula del vehículo, seguro internacional (como la carta verde en Mercosur), registro actualizado.
Revisión mecánica previa: frenos, neumáticos, luces y niveles. Si vas a acampar, asegurate de que el baúl soporte todo lo necesario.
Logística del festival: muchos eventos tienen zonas de estacionamiento lejanas, zonas de acampe especiales o incluso restricciones de ingreso vehicular.
Clima y altitud: consultá el pronóstico y tené en cuenta si vas a manejar en zonas de montaña o desierto. A veces, un buen abrigo vale más que una carpa.
Combustible y comida: hay rutas donde las estaciones de servicio son escasas. Llevar una garrafa extra (si está permitido) y algo de comida siempre ayuda.
Recuerdo que en Rock am Ring, en Alemania, un belga llamado Paul —vecino de carpa por tres días— nos compartió una lista con los 5 objetos que jamás debés olvidar para un festival con camping. Uno de ellos era una lona grande “por si llueve o hacés nuevos amigos”. Nunca lo olvidamos.
Festivales de música imperdibles para un road trip inolvidable
Rock am Ring y Rock im Park (Alemania)
Cuando se habla de festivales accesibles por carretera, Rock am Ring y Rock im Park son dos leyendas del circuito europeo. Se celebran el mismo fin de semana, con el mismo line-up, pero en dos ubicaciones diferentes: Nürburgring y Núremberg. Nosotros elegimos Nürburgring, en parte porque llegar manejando a un circuito de Fórmula 1 convertido en festival ya era parte de la experiencia.
Alemania tiene una red de autopistas excelente, así que el viaje desde Frankfurt fue fluido, con paisajes verdes y pueblos que parecían maquetas. Estacionar fue sencillo, y la zona de camping estaba bien señalizada. El ambiente, directamente, era otro planeta: miles de autos armados como pequeñas casas móviles, parrillas encendidas, música desde la mañana hasta bien entrada la madrugada. Fue ahí donde conocimos a Paul, el belga que nos enseñó más sobre logística festivalera que cualquier blog.
Tip clave: si vas en auto, llegá temprano. Los mejores lugares de camping se ocupan rápido y los espacios planos cerca de los baños son codiciados como oro.
Sziget Festival (Hungría)
Ubicado en la isla Óbudai, en pleno río Danubio, Sziget es un festival que parece un universo paralelo: multicultural, colorido, gigantesco. Budapest es perfectamente accesible en auto, incluso si venís desde otras capitales europeas. Nosotros lo hicimos desde Viena, en un viaje de tres horas que se sintió como cruzar de una película a otra.
Lo mejor fue que, al llegar con nuestro propio vehículo, pudimos evitar la saturación del transporte público y quedarnos en un alojamiento un poco más alejado, con estacionamiento incluido. Cada día cruzábamos en auto hasta las cercanías de la isla y luego en bici plegable hasta la entrada. Libertad total.
Sziget es ideal para quienes buscan una experiencia completa: música, teatro, arte urbano, zonas chill, comidas del mundo. Pero también es un evento masivo, y eso puede ser abrumador si no lo planificás bien. El auto te da una vía de escape, y eso —créeme— se agradece.


